martes, 19 de febrero de 2013

Vsiévold Cemilievch Meyerhold

Vsiévolod Cemílievich Meyerhold (1874-1940), innovador director teatral ruso de las décadas de 1920 y 1930, cuyo trabajo inspiró a muchos artistas y directores de cine de su época. Nació en Penza, Rusia. A partir de 1932, cuando el régimen estalinista insistió en implantar un programa basado en las ideas artísticas del realismo socialista, con el cual dio fin a toda forma de innovación vanguardista Meyerhold se vió incapaz de adaptarse a las nuevas directrices y fue continuamente atacado. En 1936 perdió su teatro y cuatro años más tarde, tras meses de prisión y tortura, fue ejecutado en secreto por la policía política soviética.

A principios del siglo XX, mientras era miembro del Teatro del Arte de Moscú de Konstantín Stanislavski, Meyerhold se rebeló contra las técnicas de teatro realista y de vivencia y reproducción de las emociones sobre el escenario que defendía Stanislavski.

Ya durante la Revolución Rusa, en 1917, Meyerhold era considerado el director de vanguardia más importante de su país. Trabajó con los pintores y artistas constructivistas y creó espacios escénicos llenos de plataformas abstractas, escaleras, tarimas aisladas y pantallas móviles. Sus jóvenes actores se formaban de modo riguroso bajo un sistema de ejercicios mentales y físicos conocido como biomecánica. Esta técnica, basada en los primeros trabajos de Meyerhold sobre teatro asiático y circo, daba a los intérpretes un sentido de la emoción y del control corporal jamás experimentado en el escenario moderno. Los movimientos físicos, precisos y mecánicos de los actores de Meyerhold sobre los escenarios constructivistas impresionaron y deleitaron al público soviético.

Video de un Taller donde se experimenta con los conceptos de Biomecánica de Meyerhold

Otro grupo de actores ensayando segun los conceptos de la biomecánica

escenario.



    Meyerhold, que no escribió demasiado acerca de su propia idea de la interpretación, introdujo el concepto de Biomecánica respecto al entrenamiento del actor. Partía de las experiencias espaciales y dinámicas llevadas a cabo en sus “Studios”, donde formaba a jóvenes actores. Para él, “todo el cuerpo participa en cada uno de nuestros movimientos”; teniendo en cuenta que a su parecer el trabajo del actor es la creación de formas plásticas en el espacio, debe estudiar y ser un perfecto conocedor de la mecánica de su propio cuerpo, pues cualquier manifestación de fuerza está sujeta a las mismas leyes del movimiento y la interpretación del actor no es otra cosa que una manifestación de fuerza del cuerpo humano. El juego biomecánico para Meyerhold es una combinación de lo circense, del deporte y del ritmo, de la danza: equilibrio y movimiento, todo conjugado de un modo ordenado y consciente, con una formulación rigurosa y según leyes escénicas racionales. Esto sirve al actor como medio de expresión de un personaje. El actor entrenado en la Biomecánica perfecciona sus reacciones físicas ante los acontecimientos externos. Su entrenamiento está basado en la teoría de los reflejos condicionados de Pavlov. El trabajo del actor se basa en la cultura física, en el deporte, en un sistema puramente técnico, con un rechazo absoluto del psicologismo en la interpretación. Para ello crea un método de ejercicios de entrenamiento de actores, que es un medio tanto para el entrenamiento físico como para el conocimiento de sí mismo. La naturaleza del actor debe ser especialmente apta para responder a la excitación de los reflejos, lo que significa reproducir con el movimiento, el sentimiento y la palabra, una tarea propuesta desde el exterior. Los modos de expresión se dan para Meyerhold en tres fases:
    La intención, que es la fase intelectual de la tarea, propuesta por el dramaturgo, el director o por el propio actor.
    La realización, que comprende un ciclo de reflejos miméticos (movimientos y desplazamientos en el espacio) y reflejos vocales.
    La reacción que sigue a la realización, que atenúa el reflejo anterior y prepara para una nueva intención, que daría lugar a un nuevo ciclo de interpretación.
    Según Meyerhold, no es necesario vivir el sentimiento en escena, sino expresarlo mediante una acción física. Por otra parte, el actor forma parte de un conjunto mucho más amplio de formas plásticas en el escenario.

    Meyerhold, que no escribió demasiado acerca de su propia idea de la interpretación, introdujo el concepto de Biomecánica respecto al entrenamiento del actor. Partía de las experiencias espaciales y dinámicas llevadas a cabo en sus “Studios”, donde formaba a jóvenes actores. Para él, “todo el cuerpo participa en cada uno de nuestros movimientos”; teniendo en cuenta que a su parecer el trabajo del actor es la creación de formas plásticas en el espacio, debe estudiar y ser un perfecto conocedor de la mecánica de su propio cuerpo, pues cualquier manifestación de fuerza está sujeta a las mismas leyes del movimiento y la interpretación del actor no es otra cosa que una manifestación de fuerza del cuerpo humano. El juego biomecánico para Meyerhold es una combinación de lo circense, del deporte y del ritmo, de la danza: equilibrio y movimiento, todo conjugado de un modo ordenado y consciente, con una formulación rigurosa y según leyes escénicas racionales. Esto sirve al actor como medio de expresión de un personaje. El actor entrenado en la Biomecánica perfecciona sus reacciones físicas ante los acontecimientos externos. Su entrenamiento está basado en la teoría de los reflejos condicionados de Pavlov. El trabajo del actor se basa en la cultura física, en el deporte, en un sistema puramente técnico, con un rechazo absoluto del psicologismo en la interpretación. Para ello crea un método de ejercicios de entrenamiento de actores, que es un medio tanto para el entrenamiento físico como para el conocimiento de sí mismo. La naturaleza del actor debe ser especialmente apta para responder a la excitación de los reflejos, lo que significa reproducir con el movimiento, el sentimiento y la palabra, una tarea propuesta desde el exterior. Los modos de expresión se dan para Meyerhold en tres fases:
    La intención, que es la fase intelectual de la tarea, propuesta por el dramaturgo, el director o por el propio actor.
    La realización, que comprende un ciclo de reflejos miméticos (movimientos y desplazamientos en el espacio) y reflejos vocales.
    La reacción que sigue a la realización, que atenúa el reflejo anterior y prepara para una nueva intención, que daría lugar a un nuevo ciclo de interpretación.
    Según Meyerhold, no es necesario vivir el sentimiento en escena, sino expresarlo mediante una acción física. Por otra parte, el actor forma parte de un conjunto mucho más amplio de formas plásticas en el escenario.

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